Ahora que se está acabando (para un grupo importante de trabajadores de Salou) la dura temporada de trabajo del verano, es cuando aparece una especie de agotamiento, de desgaste, de falta de fuerzas. Es como si profesionalmente no se pudiera más y el agotamiento comienza a impregnar nuestra vida.
Una serie de síntomas nos pueden dar la voz de alarma de que algo está pasando: Mareos, vértigos, dolor de cabeza, depresión, ansiedad, trastornos digestivos, dolores musculares... estos síntomas son los que tienen que alertarnos y son los que nos advierten el bajón físico o psíquico que se está produciendo en nosotros.
Todos los síntomas hacen muy difícil poder determinar que nos está pasando, pero lo que observamos en nosotros es lo que vulgarmente decimos:
NOS FALLAN LAS PILAS,
Nuestro cuerpo nos dice:
¡CUIDADO EMPIEZAS A ESTAR AL LIMITE!
Normalmente el estar muchas horas trabajando, las responsabilidades que asumimos en el trabajo, la competencia profesional, la entrega que se nos exige, la necesidad de ser reconocidos en nuestro trabajo, la falta de sensibilidad en el trato de nuestros jefes.... nos lleva a ese decaimiento y a esa situación del:
¡¡NO PUEDO MAS!!
Cuando ocurre esto no vale el decir:
- No pasa nada
- Ya se me pasara.
- O recurrir a la automedicación.
Acudir a un especialista que sea capaz de ayudarnos sería una de las primera y más efectivas acciones que deberíamos tomar.
No es que se esté decaído porque no tengamos energía, lo que ocurre es que hemos utilizado, gastado, muy mal las energías que teníamos.
Normalmente el agotamiento, lo que se conoce como el estar quemado, se engloba dentro de una situación de estrés. Esta es una enfermedad que a larga lleva a provocar auténticos problemas laborales con bajas incluidas y a veces largas en el tiempo.
Estar atentos a su inicio, al momento en que comienzan a producirse los síntomas y no esperar a que estas sean el desencadenante de una enfermedad es lo mejor que tendríamos que hacer.
Acudir al especialista nos ayudara a superar esas situaciones de “pilas agotadas” y recuperar esos niveles de estrés tan necesarios para vivir, que nos ayudan a luchar y a continuar con nuestra vida pero que cuando se disparan nos provocan ese desgaste y ese agotamiento con el siguiente resultado:
¡NO PUEDO MAS!
Antonio Guiu
Psicólogo clínico
Gestalt-terapeuta
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