La supervisión de terapeutas consiste en ayudar a otros terapeutas en su trabajo, ayudándoles a descubrir más posibilidades y perspectivas de las que estos profesionales aplican con sus pacientes.
En las supervisiones esperamos que el terapeuta nos hable de lo que ve en sus sesiones y, a través de la supervisión, lo ayudamos a reflexionar sobre lo que ocurre en su trabajo con el paciente y a tomar conciencia de todo lo que ha vivido con él. Así conseguimos que su trabajo sea más eficaz y coherente, es decir, ayudamos a que el terapeuta progrese y avance.
Con estas sesiones, los terapeutas recibirán apoyo y descubrirán que son capaces de utilizar sus emociones como una herramienta para hacer bien su trabajo.